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YoConVoz nació en Tucumán, igual que Juan Cruz Palacio. YoConVoz cruzó fronteras, de provincias, de países, igual que Juan Cruz Palacio. YoConVoz es Juan Cruz Palacio y también es mucho más que él.
Existe un sonido, especial y característico del sello. Una forma de ser y de hacer. Una visión personal y autogestiva, casi íntima. “No hay nada que quiera hacer más que música”, dice. Es que Juan Cruz edita los discos que graba y graba muchos más de lo que edita en YoConVoz. “Creo que la música es puramente satisfactoria. Ahora, lo que uno hace con la música muchas veces suele transformarse en sufrimiento.” Para él, la música es un instrumento de perdición, un instrumento para perder la propia mano.
La historia de YoConVoz –que ya tiene editados 35 discos– comenzó en 2001, cuando la banda que integraba Palacio (Monoambiente) quiso grabar un disco. Después sus compañeros lo llamaron para que produzca sus discos solistas y él los grabó en su estudio, en su casa.
En su catálogo están Michael Stuar, CANcioNEIRA (de Venezuela), Violeta Castillo, Carmen Rolandi, Mugre, Luciana Tagliapietra, Bruno Masino, Posavasos y Te King, entre otros. Ahora el sello está grabando el tercer disco de Atrás Hay Truenos, acaba de terminar el master de un disco para Diosque y pronto espera editar varios trabajos en los que está involucrado hace meses.
“Empecé con lo más básico, pero por suerte la canción supera todo. Era muy hermoso grabar con pocas cosas, pensábamos en la letra, en lo que queríamos decir, eso lleva a un acorde y así. Eso es lo que quedó del sello también: la idea de que todo existe a partir de la canción, la poesía y, sobre todo, la experimentación”, dice Juan Cruz.
Eso explica el catálogo, tan sutil y lleno de detalles que enaltecen a la canción. “No edito discos en los que no haya una intervención mía. Creo que eso hace el sonido del sello, una dirección, la mía, en la que creo. Puede sonar unidireccional pero creo que todos la tienen; es como seguir lo que uno cree o escucha.”
Se define así, como un hombre que no puede separar la forma en la que vive de la forma en la que crea, todo es parte de una misma forma de sentir la música. Y lo que Juan Cruz escucha es distinto: su búsqueda conlleva oportunidades en lo que otros descartan por miedo, por copia o por limitación: “La música para mí está en todos lados y si hay otros lados voy para ahí”. En ese camino puede reconocer la belleza en fraseos o en la desafinación: todas son oportunidades. “La música que no piensa en la música no me interesa”, lanza.
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