“El sello independiente YoConVoz Discos nació en el año 2003, con la edición de un disco solista que vendí varios ejemplares. Al poco tiempo fui casa por casa hasta recuperarlos y los tiré a la basura”, recordó Juan Cruz Palacio o Yoconvoz -porque son lo mismo-, una anécdota que da cuenta de cierta obsesión por la música, la suya al menos.
Juan Cruz es un hábil cocinero de restos alimenticios que la mayoría de las personas suelen arrojar al basurero, tiene un agudo -y dramáticamente- ácido sentido del humor y una ansiedad vital que lo conduce a un estado de vigilia casi permanente, crónico. Le gusta usar la ropa de Susy -su mamá- y pintarse los labios con rush, pero otra vez se filtra su sentido del humor, sólo que ahora embebido de un nivel de improvisación muy elevado y ocurrente, que siempre alegra a quienes le rodean. Sin embargo, de todas las características y detalles que podamos enumerar de Juan Cruz, hay uno que se destaca con harta ventaja sobre las demás; se trata de un virtuoso de la música y un referente para muchas personas, dedicadas o no al ámbito que le atañe, tanto de la escena local como nacional.